Llegó el mes de Noviembre y como es tradición en Nuestra Hermandad, María Santísima de la Soledad se viste de negro luto para honrar a todos nuestros fieles difuntos. Así amanecía hoy de imponente la capilla con Nuestro Cristo Yacente a los pies de su Madre que llora su muerte.
Nuestra Madre luce éste año diferente, vestida de estilo clásico y distinta a otras ocasiones pero única como siempre, con rostrillo de tul bordado en oro del siglo XVIII que hacía varias década que la virgen no lucía y que vuelve a llevar en ésta ocasión.
SOLEDAD RUEGA POR EL ALMA DE TODOS NUESTROS FIELES DIFUNTOS QUE DESCANSAN EN TU GLORIA.










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